ASAS-SN ha tenido su puesta de largo ante la Sociedad Astronómica Americana (AAS), la mayor organización de astrónomos profesionales de Estados Unidos, para presentar sus espectaculares resultados. El éxito se encuentra, para Stanek, en no cegarse con lo específico y apostar por una manera barata de cubrir la mayor amplitud de firmamento posible. Los seis telescopios de ASAS-SN trabajan coordinadamente —cuatro en Hawai y otros dos en Chile— para apuntar no a regiones muy concretas del espacio, sino al firmamento en su conjunto para captar sus eventos más brillantes. "El enfoque tradicional era apuntar a una galaxia en concreto y esperar a que hubiera suerte y se detectara la supernova. Nuestro enfoque es analizar el firmamento en su conjunto para encontrarlas [actualmente, el proyecto capta la mitad del cielo visible desde la Tierra cada noche]. Evidentemente, no podemos competir con los grandes telescopios en el detalle y solo hallamos las más brillantes. Pero luego podemos apuntar con un telescopio mejor para obtener mejor visión del fenómeno". El área elegida para el estudio es de unos 500 años luz de diámetro alrededor de la Vía Láctea, sobre el 1% del universo observable. Las razones del equipo para quedarse en esta área son que se trata del "vecindario de la Vía Láctea" y que por tanto es el lugar natural para realizar una exploración más exhaustiva.
Pero lo importante no está en cobrarse la pieza antes que nadie, aunque Stanek comenta, de buen humor, que a nadie amarga un dulce. El verdadero aporte que busca el equipo de la Universidad Estatal de Ohio con este proyecto es comprender mejor a las supernovas en sí, la trágica y espectacular muerte de una gran estrella. Cuantitativa y cualitativamente "Hay que tener en cuenta que todos los elementos químicos de la Tierra, con la excepción del helio y del hidrógeno, vienen de las supernovas. Nitrógeno, oxígeno... Todos estos elementos son producidos en las estrellas y luego redistribuidos por las supernovas. Así que la Tierra no estaría aquí si no fuera por ellas, por lo que claro que es importante comprenderlas mejor".
Gráfico que muestra cómo el ASAS-SN va actualizando en tiempo real la malla del firmamento, ofreciendo nuevas medías para todo el cielo nocturno observable cada pocos días.
No solo los astros más brillantes del cielo pasan por el punto de mira de ASAS-SN. El otro fenómeno a la cabeza de los más buscados del universo, los agujeros negros, también se benefician de este sistema. El pasado 23 de octubre, la Universidad de Ohio sacó pecho para anunciar la visión más cercana hasta la fecha de cómo un agujero negro le pega un bocado a una estrella. Dentro del vecindario de galaxias que rodea a la Vía Láctea, Laniakea, en una región a 650 millones de años luz de la Osa Mayor que contiene un agujero negro supermasivo. ASAS-SN captó el resplandor de una estrella que perdió parte de su materia al pasar cerca del agujero negro. Hubo final feliz para ella, pues a pesar de la mutilación, logró escapar.
La clave para que ASAS-SN pueda funcionar la da el software. "Nuestros telescopios son pequeños, pero las cámaras que graban y especialmente el software es excelente. El programa puede detectar las variaciones de luz entre digamos las imágenes que recogemos hoy y las que recogemos dos imágenes después. Si ve que hay un punto más brillante nos dice: 'Ojo, deberíais mirar esto". El objetivo de ASAS-SN para los próximos tres años es aumentar de 6 a 14 su escuadra de francotiradores para tener, cada día, una fotografía completa de todo ese vecindario galáctico a escala terrestre.
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